jueves, 30 de abril de 2020

SALA NARANJA T TARDE

HOLA FAMILIAS!!!

           Espero que estén bien, la semana pasada hicimos un recreo, esta semana retomamos las actividades del plan de continuidad pedagógica. 
Les mando un abrazo enorme para todos!

No se olviden de compartir fotos con registros de las actividades que están realizando en casa o comentarios en el blog ya que es muy importante para mi saber de ustedes!
fboga.918@gmail.com

SEÑO NADIA  💜💙💚❤️💛

AMBIENTE NATURAL Y SOCIAL

Retomando las actividades del consultorio médico hoy les propongo jugar al doctor.
Pueden armar el consultorio con frasquitos (bien lavados por un adulto) o cajas 
de remedios vacíos, un palito puede ser un termómetro, con papeles y lapices o lapiceras hacer las recetas. Pueden agregar todos aquellos elementos que tengan en casa y sirva para jugar: muñecos para curar, ropa de mamà o papà para disfrazarse, radiografías viejas, pedazos y/o tiras de tela para vendas, etc.





LITERATURA


La regadera misteriosa de María Elena Walsh
Felipito Tacatún era muy distraído. Distraído, boquiabierto y desmemoriado.
Qué le vamos a hacer, cada cual tiene sus defectos, ¿no?
Una vez la mamá lo mandó a regar las plantas.
Felipito, naturalmente, se olvidó de llenar la regadera.
Y ni siquiera se dio cuenta de que igual salía agua y que las flores bebían muy contentas.
Al rato fue la mamá al jardín y vio que las plantas estaban medio loquitas.
Las flores se reían y bailaban el vals, mientras las hojas aplaudían y los yuyos dormían la siesta.
– ¿Con qué has regado estas plantas, Felipito?
– Con la regadera, mamá.
– Pero esa regadera no tenía agua, sino vino– dijo la señora de Tacatún – porque estas plantas están todas borrachitas.
Efectivamente, estaban borrachitas.
Felipito trajo la regadera para que su mamá la inspeccionara y ¡oh sorpresa! esta vez la regadera no estaba llena de vino, sino de leche.
La mamá se apresuró a preparar una enorme mamadera para el hermano de Felipito.
Cuando terminó dijo:
– Felipito, alcánzame otra regadera de leche.
Y cuando su hijo se la alcanzó, resulta que estaba llena de jugo de naranja con azuquita.
Naturalmente, Felipito se lo tomó todo sin respirar.
Y así siguieron las cosas.
No había duda de que la regadera era mágica, misteriosa y chiripitiflaútica.
Un día se llenaba de leche, otro día se llenaba de tinta china, otro día se llenaba de caldo de gallina, y los domingos se llenaba de cerveza.
Así, porque sí.
Pero jamás, réquete jamás volvió a llenarse de agua.
Qué lindo, ¿no?
Pero, ¿y las plantas?, preguntarán ustedes.
Hubo que regarlas, en adelante, con la manguera. Y de esta manera se acaba el cuento de la regadera.

María Elena Walsh nació en el barrio de Ramos Mejía, en Buenos Aires, el 1º de febrero de 1930. Célebre por su literatura infantil, creó personajes conmovedores. Toda su rebeldía, su desencanto, su oposición, su amor a la naturaleza y a los niños han quedado reflejados en numerosos poemas, novelas, cuentos, canciones, ensayos y artículos periodísticos.
Falleció el 10 de enero de 2011 en Buenos Aires.






Con la ayuda de un adulto intenten contar el cuento uds. solos. ¿Cómo era Felipito? ¿Qué le mandò a hacer la mamà?¿Lo hizo bien?

Hace un dibujo!!!!

Nos vemos la semana que viene!



























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